El viernes 11 de julio se celebra el día mundial de la población. Esta celebración busca llamar la atención sobre la urgencia y la importancia de las cuestiones de población, sus relaciones con el medio ambiente y el desarrollo.
Esta fecha se instauró a través del Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en 1989 y se celebró por primera vez el 11 de julio de 1990 en más de 90 países.
Al celebrarse el Día Mundial de la Población de 2024 el Secretario General de las Naciones Unidas enfatizó:
En el contexto de América Latina, esta fecha cobra una relevancia particular al poner de relieve el fenómeno del envejecimiento poblacional. La región experimenta una transición demográfica acelerada, con una disminución en las tasas de natalidad y un aumento en la esperanza de vida. Se plantean así, desafíos significativos para los sistemas de salud, la seguridad social y los mercados laborales, impactando directamente en metas ligadas al ODS 3 (Salud y Bienestar), ODS 1 (Fin de la Pobreza) y ODS 8 (Trabajo Decente y Crecimiento Económico).
Para conmemorar este día REDIFAM (Red de Institutos Universitarios Latinoamericanos de Familia), ha realizado esta investigación conjunta como oportunidad para que los estados latinoamericanos, las organizaciones y todas las comunidades trabajen juntos en la formulación de políticas públicas inclusivas que pongan a las personas y a las familias en el centro del desarrollo de su máximo potencial en un mundo más justo y sostenible.
La Universidad Pontificia Bolivariana realizó sus aportes a la investigación desde el instituto de Familia y Vida. Algunas de las conclusiones más relevantes para nuestro país son:
1.Sólo dos países de la región alcanzan el umbral mínimo necesario para el reemplazo generacional: Paraguay, con una tasa global de fecundidad de 2,44 hijos por mujer (en promedio) y Bolivia, cuya TGF es de 2,58 hijos por mujer. Los demás países estudiados registran un número promedio de hijos por mujer inferior a dos. Los casos extremos son: Chile y Colombia (1,0 y 1,2, respectivamente).
2.En cuanto a la relación entre la tasa de natalidad y la de mortalidad, se advierte una relación 1 a 1 (nace una persona por cada una que fallece) en Chile, Argentina, Uruguay y Brasil. La relación nacimientos/defunciones es 2 a 1 en México, 3 a 1 en Ecuador, Perú y Colombia. En Paraguay, hay 4 nacimientos por cada defunción.
3.Por su parte, el índice de envejecimiento, muestra una relación cada vez más estrecha entre población mayor y población joven que aumenta la dependencia económica (menos trabajadores activos por cada jubilado). Chile, Uruguay, Colombia y Argentina presentan los índices más altos de la región, lo que evidencia una transición avanzada hacia sociedades cada vez más longevas. Perú, Colombia, Ecuador y México presentan niveles medios.
4.En América Latina, predominan los hogares de estructura familiar. Si observamos, la composición de los hogares, vemos que en conjunto los hogares nucleares (padres e hijos) y los extendidos (padres, hijos y algún miembro familiar) suman más del 80% en la mayor parte de los países. Solo Argentina y Chile se encuentran por debajo del 75%.
5.La presencia de hogares extendidos es indiciaria de la importancia de los vínculos intergeneracionales que propician redes de solidaridad para el cuidado y soluciones ante la escasez de vivienda, la “familia grande” presente en un porcentaje cercano al 20% en los distintos países releva un rasgo muy latinoamericano no presente en otros continentes.
6.En Ecuador, Colombia y México, la familia tradicional es la predominante en cuanto a estructura familiar, resulta evidente que la familia en estos países está atravesando una transformación, debido al aumento de aquellos tipos de hogares que son unipersonales o sin núcleo familiar, lo que indica efectivamente la transición hacia distintas formas de convivencia.
7.La región pasó de ser una sociedad joven a una adulta joven en 2021 y se proyecta que para 2050 se convierta en una sociedad envejecida. Este fenómeno se debe a una rápida transición demográfica, con un descenso de las tasas de fecundidad y mortalidad. De hecho, la región ha experimentado en medio siglo un envejecimiento poblacional similar al que Europa registró en dos siglos.
8. En los datos estudiados resulta relevante la disminución de la nupcialidad y con ello la estabilidad familiar asociada al matrimonio, no sólo por la baja en el número de uniones sino por el aumento de divorcios, será necesario profundizar en las causas culturales y relacionales pero por sobre todo en la afectación de los proyectos de vida a largo plazo.
Por: Agencia de Noticias UPB - Medellín.
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